Nueva era en infraestructura
Por Luís Fernando Andrade M. *
Con el inicio de las licitaciones de las concesiones viales de Cuarta Generación – 4G, la rehabilitación de los dos principales corredores férreos y las obras para garantizar la navegabilidad del Rio Magdalena hasta el interior del país, estamos entrando en una nueva era en el desarrollo de su infraestructura.
Y es que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos aceleró el ritmo de construcción de infraestructura de transporte nacional.
Pasamos de ejecutar menos de 2 billones de pesos al año, en promedio durante la última década, a 8 billones el año pasado. O sea, 4 veces más. Esto ya se refleja en algunos indicadores clave. Por ejemplo, el año pasado se construyeron 202 kms. de dobles calzadas, mientras que en la década pasada solo se construyeron en promedio 60 kms. de dobles calzadas al año. La meta de este año es construir 300 kms.
Pero este no es el mayor logro de este gobierno. Lo es el programa de proyectos que está saliendo a licitación y que va a solucionar de forma definitiva el atraso que hemos acumulado por décadas.
Grandes avances de la Cuarta Generación
Los 25 proyectos de concesión vigentes cubren 5.200 kms. en todo el país. La Cuarta Generación consiste en 40 proyectos más, con el objetivo de transformar 8.000 kms., incluyendo 1.200 kms. de vías actualmente concesionadas, que requieren ampliación o mejoramiento. Así aseguramos que los 12.000 kms. más importantes para la economía del país estén en condiciones competitivas.
Los proyectos van a tener un periodo constructivo menor al del pasado, como resultado de las inversiones en estudios en la fase de estructuración. Mientras que las concesiones en el pasado se demoraron 10 años en construirse, las concesiones 4G tienen un plazo de construcción de 5 años. Por lo tanto, para el final de esta década se habrán terminado las obras. De los 12 mil kilómetros, tendremos cerca de 3.500 kms. de dobles calzadas en los tramos de mayor tráfico, comparados con los 1.100 kms que tenemos actualmente.
Los nuevos diseños tienen curvas más amplias y menores pendientes –dos de las características que dificultan y encarecen el rodamiento–, utilizando viaductos y túneles, lo que permitirá que las tractomulas puedan mantener una velocidad de 80 km/hora en casi todos los trayectos. Las vías serán más seguras, tanto para los vehículos como para los peatones. Los diseños se hicieron pensando en la gente, con variantes en las poblaciones, puentes peatonales, bermas más amplias y ciclorutas.
El impacto en la economía del país va a ser enorme. El Departamento de Planeación Nacional (DNP) estima que las inversiones en la construcción de las concesiones de cuarta generación van a tener un impacto marginal de 1.5% del PIB en los años 2015-2019. Si el país iba a crecer al 4.5% al año, lo podrá hacer en la segunda mitad de esta década al 6%. El impacto en el empleo va a ser igualmente importante. DNP estima que se generarán entre 180 mil y 450 mil empleos durante el periodo de construcción.
Los beneficios en el largo plazo van a ser aún mayores. En promedio, los tiempos de viaje por estas carreteras se van a reducir entre el 25 y 30%, mientras que los costos de transporte caerán entre un 15 y 20%. Según el DNP, el crecimiento potencial de la economía en el largo plazo aumentará de 4.6% a 5.3%.
El tren y el Río Magdalena
El Rio Magdalena y el ferrocarril fueron determinantes en el desarrollo económico de nuestro país en los primeros 150 años de nuestra historia. Son los corredores arteriales lógicos para unir las regiones costeras con el interior. Sin embargo, la mala gestión de las entidades públicas responsables derivó en un abandono gradual de estas importantes infraestructuras. En este gobierno tomamos la decisión de revivirlas para acelerar la competitividad del país.
El primer paso consiste en adjudicar el contrato para la rehabilitación de dos corredores férreos de gran importancia para el país. El del valle del Magdalena –de La Dorada en Caldas, hasta Chiriguaná, en el César, y de Belencito, en Boyacá hasta Bogotá. Esperamos adjudicar el contrato de rehabilitación en las próximas semanas. Como resultado, los trenes van a estar circulando en estas vías para finales del año entrante.
En una segunda etapa vamos a tener Asociaciones Público-Privadas en estos mismos corredores, con el objetivo de invertir en el mejoramiento de las ferrovías, para aumentar la velocidad de los trenes y su capacidad de carga. En la tercera etapa se construirán los nuevos corredores. Ya tenemos propuestas del sector privado para construir el Ferrocarril del Carare, entre Belencito y Barrancabermeja, y para construir unos grandes túneles entre Ibagué y Armenia que permitan conectar las vías férreas del valle del Magdalena con las del Valle del Cauca.
A su vez, CorMagdalena está llevando a cabo el proceso de contratación de las obras requeridas para asegurar la navegabilidad del Rio Magdalena desde Barranquilla hasta Puerto Salgar, en Cundinamarca. El Fondo de Adaptación está trabajando en paralelo en los estudios para asegurar la navegabilidad desde Calamar hasta Cartagena por el canal del Dique, asegurando su sostenibilidad ambiental.
Una vez finalizadas las obras en las vías férreas y en el Río Magdalena, será posible reducir drásticamente el costo de transporte en estos recorridos. Por ejemplo, el costo de transportar un contenedor de Bogotá a la costa Caribe se reducirá de US$ 2.500 que cuesta hoy en día a US$ 1.500.
Todos ganamos
Es muy importante generar un claro sentido de propósito por parte de todos los colombianos para llevar a feliz término este gran emprendimiento. Es la mejor oportunidad que tenemos para generar competitividad, empleo y crecimiento económico durante los próximos años. Todos ponemos y todos ganamos.
El gobierno nacional aporta más de 60 billones de pesos entre los años 2016 y 2040. Estas contribuciones representan cerca de la mitad de los ingresos de las futuras concesiones. Es el compromiso presupuestal más importante en la historia del país. Pero se compensa parcialmente por mayor recaudo de impuestos, producto de la mayor actividad económica. Y se logra la meta de mayor crecimiento económico, empleo y competitividad.
Los generadores de carga, transportadores y vehículos particulares contribuyen a través de los peajes, los cuales representan un poco más de la mitad de los ingresos de las futuras concesiones. Pero ganan tiempo y ahorran en costo de transporte. En promedio, los ahorros representan tres veces más de lo que aumentan los peajes.
Los municipios por donde se van a construir las vías deben apoyar en la adquisición de predios y en las modificaciones que se requieran en los POT. Pero serán beneficiados por mayor recaudo de impuestos de Industria y Comercio, competitividad y empleo. Estamos trabajando con el SENA para desarrollar programas de capacitación, municipio por municipio, en los oficios requeridos por las nuevas concesiones, con el objetivo de que los nuevos empleos los puedan tener las personas residentes en los municipios por donde van a pasar las vías. Con una generación de entre 180 mil y 450 mil empleos, el programa de Cuarta Generación de Concesiones se convertirá en el mayor programa de empleo en zonas rurales del país.
El sector de la construcción también pone. Debe invertir más de 10 billones de pesos como aporte patrimonial en los nuevos proyectos y asumir los riesgos de sobrecostos en la etapa de construcción. Pero va a tener la mayor oportunidad de negocios en la historia del país. No sólo los concesionarios, constructores y firmas de ingeniería e interventoría. También los proveedores de insumos como el asfalto, cemento, agregados, acero y maquinaria.
Finalmente, el sector financiero tendrá que proveer los créditos y pólizas de seguros para desarrollar todo el programa. Los créditos van a superar los 35 billones de pesos. Esta financiación va a cambiar el perfil de riesgos de los bancos y los fondos de pensiones. Pero también será su principal fuente de crecimiento en los próximos 5 años.
Si todos remamos para el mismo lado, estaremos transformando la competitividad del país.
Presidente Agencia Nacional de Infraestructura – ANI